Hoy, la lucha contra las malezas es más compleja que nunca. Tenemos mejores máquinas, mejores productos y más conocimiento… pero también más resistencias, nuevas especies y controles cada vez menos efectivos.
¿Por qué?
Porque seguimos pensando y aplicando como si el lote fuera homogéneo.
Configurar una pulverizadora implica decidir un caudal, una boquilla, una velocidad, una presión. Todo bajo una lógica de “promedio”.
Pero el lote no es promedio.
El viento no es constante. La orientación de la máquina cambia. La velocidad varía.
Y aun así, usamos una sola presión de trabajo para todo el lote.
Esto genera dos problemas clave:
El operario introduce variabilidad al elegir la trayectoria, alterando la relación entre la nube de pulverizado y el viento.
La presión fija impide adaptar el tamaño de gota, lo que genera más deriva o menor cobertura según las condiciones.
El resultado: una distribución desigual de la dosis, con escapes, residuos y selección de resistencias.
Y esto sucede en cada pasada, en cada hectárea… multiplicado por 150 millones de hectáreas aplicadas cada año en Argentina.
Es momento de romper con este modelo.
Necesitamos una aplicación que se adapte en tiempo real.
Una que ajuste el tamaño de gota y la presión según viento, velocidad y trayectoria.
Una que entienda que la calidad de aplicación se define en cada metro cuadrado, no en la cabina ni en la receta.
💡 Minnow es el desarrollo que vino a hacer esto posible.
Una tecnología que mide, interpreta y actúa en tiempo real, para reducir la variabilidad y llevar la calidad de aplicación al siguiente nivel.
Una revolución silenciosa, pero decisiva.
El futuro de las aplicaciones no está en hacer más, sino en entender mejor. Y en eso, cada dato hace la diferencia.

 
	 administracion@cuthill.com.ar
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  Punto Tandil
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